AGRICULTURA

Organizaciones vinculadas a la agricultura familiar proponen crear grupo de trabajo regional abocado a la soberanía alimentaria
La contraposición entre modelos diferentes se hace patente en el documento final del Taller de Agricultura Familiar, que a la par de los de Comunicación, Información y Transparencia, Juventud, y Salud y Discapacidad, ha marcado a fuego el trabajo de una nueva edición de la Cumbre Social del Mercosur, esta vez en la ciudad de Montevideo. La declaración, la más breve de las cuatro que se han presentado ante la Sesión Plenaria, contrasta “la herencia liberal, que ha priorizado el libre juego del mercado, aumentado la pobreza, sobre explotado los recursos naturales y expulsado a la población del medio rural mediante el crecimiento de los agro negocios” frente al modelo de “la agricultura familiar”.
Según reza el texto, suscrito por representantes de todos los países, la agricultura familiar “debería tomarse como centro de políticas públicas para el desarrollo sustentable de la región”. En base a esa máxima, la declaración realiza un punteo de cuatro propuestas orientadas a la generación de políticas públicas que garanticen el acceso a la tierra, el uso responsable y complementado de los recursos naturales y la protección del medio ambiente, con especial atención al fenómeno del cambio climático. Un cuarto punto hace mención al acceso a la información y participación de la sociedad civil en la aplicación y gestación de las políticas públicas regionales.
Tras detallar cada una de las propuestas sobre políticas públicas consensuadas en el taller, el documento finaliza con una sugerencia para la conformación de grupos de trabajo nacionales –nucleados en otro de carácter regional- que promuevan “la articulación de experiencias de múltiples organizaciones que desarrollan actividades sobre agricultura familiar, comercio justo, economía social, consumo responsable, defensa de los recursos naturales y cambio climático”. El objetivo final: generar políticas de soberanía alimentaria que garanticen una alimentación “sana, segura y soberana” y que terminen con la utilización de los frutos de la tierra como “mercancía o simple herramienta de desestabilización de nuestros propios gobiernos”.
Redacción
Boletín Somos MERCOSUR