Plan Ceibal: una verdadera revolución en Uruguay

El mundo mira a Uruguay. Pero no por las elecciones, el mundial o alguna crisis, sino porque han hecho algo que nadie creía posible: cada uno de los niños de las escuelas cuenta con una computadora portátil.

He estado muy cerca de Uruguay en los últimos años. Me ha tocado trabajar con el país, con su gobierno, y he tenido el placer de conocer al Presidente Tabaré Vázquez. El año pasado, como editor de Américas Quarterly (una revista publicada en Estados Unidos), propuse invitar al Presidente a escribir sobre su plan para eliminar la brecha digital.

El Presidente Vázquez respondió positivamente y tuve el privilegio de trabajar en el artículo desde el primer borrador hasta la versión final. Durante ese proceso descubrí que no era una idea más. Era un plan ambicioso y Uruguay estaba determinado a ser el primer país del mundo en lograr que el proyecto “One Laptop per Child” fundado por Nicholas Negroponte del Massachussets Institute of Technology (MIT), se haga realidad.

El Plan Ceibal, como decidieron llamarlo en Uruguay, busca alcanzar la justicia social promoviendo el igual acceso para todos a la información y a las herramientas de comunicación. Todos los alumnos y maestros de las escuelas tienen acceso universal y gratuito a computadoras portátiles.

El Plan Ceibal crea nuevos entornos de aprendizaje, generando un contexto propicio para que los niños sean capaces de responder a las exigencias de una sociedad basada en la información y el conocimiento.

Lo interesante es que no sólo se entregan equipamiento y accesibilidad, sino que se garantiza el uso de estos recursos, la formación docente y la elaboración de contenidos adecuados.
Pero el plan va más allá, ya que extiende su impacto fuera de los límites de la escuela promoviendo la participación familiar y social en el programa.

Acostumbrados a escuchar hablar mucho de educación e inclusión social sin medidas concretas, me sorprendió encontrar un programa que levanta las banderas de la justicia social y tiene un plan de acción innovador, pragmático e inmediato.

Es que no hay tiempo que perder, porque la educación y la inclusión social son las urgencias de nuestro tiempo.

El Plan Ceibal me llenó de entusiasmo, porque hoy los pueblos reclaman más acciones y menos discursos vacíos de contenido. Uruguay nos demuestra que la innovación es el camino al desarrollo.

A pesar del apoyo que ha suscitado esta medida en la población, hay algunas críticas. Estas tienen que ver -en general- acerca de la factibilidad del programa y su implementación, los desperfectos técnicos, la capacitación de los maestros, etc. De todas maneras, el gobierno ha estado rápido de reflejos y las dificultades prácticas han sido bien anticipadas y fueron tomadas en cuenta por los que diseñaron el Plan.

Al final de cuentas, lo que ayer era un privilegio hoy en Uruguay es un derecho. Vemos un enorme y moderno esfuerzo que garantiza inclusión y desarrollo social a través de la educación y la cultura. Y eso no es poco.

Rosa Montero escribió en El País de España un articulo sobre el Plan Ceibal y lo tituló “Revolución”. La verdad, en un continente y un país acostumbrado a revoluciones permanentes, casi todas mentirosas, ésta es una verdadera revolución-muy sensata-que impacta y emociona profundamente. Por Juan Cruz Díaz - Abogado y especialista en asuntos internacionales


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