Todos puede participar en una ley de medios democratica

   Hacia una democrática ley de medios.
          por Gabriel Barandiaran
Seminario VOCES 4 Jueves 12 de agosto

2010
EDICION ANIVERSARIO
Quien conoce la historia de Uruguay en materia de telecomunicaciones puede sorprenderse al saber que han comenzado a debatirse los lineamientos que se esperan sirvan de guía para la elaboración de una ley  en la materia. Luego de tener durante  décadas una legislación de muy pocos artículos que apadrinó la actuación discrecional el Poder Ejecutivo; hoy nos enfrentamos a un debate amplio con una pregunta en común: ¿Qué medios de comunicación y qué contenidos audiovisuales queremos? Y esta pregunta no la contestarán cuatro o cinco en un cuartito.

Increíble pero cierto. ¿Qué ocurrió para que esto suceda? Por un lado, la técnica obliga a un aggiornamiento normativo. Es que las frecuencias que se otorgaron en el pasado, por ejemplo, en materia de televisión ya no servirán de nada en el futuro próximo cuando las emisiones pasen a ser digitales, en lugar de las señales analógicas que emiten los actuales operadores.  Hace pocos meses ocurrió en España el “apagón analógico”, o sea el cese total de este tipo de emisiones. No es el primer país que lo hace y tampoco será el último. Holanda fue de los primeros países europeos en pasarse al mundo digital en el año 2006 y existe el compromiso del resto de Europa de que el 2012 sea la fecha límite para que todos sus miembros hayan completado el procedimiento de conversión. En el resto del mundo el proceso es similar.
Pero que exista la necesidad de legislar por los cambios tecnológicos no implica que exista una voluntad política de instalar el debate. Ello ocurre gracias a la decisión del Poder Ejecutivo en tal sentido.
En esta etapa, se ha constituido un Comité Técnico Consultivo, designado por la Dinatel, integrado por personalidades vinculadas a varios sectores con intereses en la materia, desde las asociaciones de emisores, hasta directores de medios comunitarios; desde autoridades universitarias especializadas en comunicaciones hasta trabajadores del medio audiovisual; desde periodistas hasta luchadores sociales, etc. Pero la discusión no se circunscribirá sólo a sus integrantes. Por un lado, las deliberaciones son públicas y en ellas podrán
intervenir especialistas u organizaciones que tengan interés en dejar sentada su posición o aportar al debate.
También, se llevará a cabo un foro público para presentar conclusiones en Montevideo y en el Interior del país.
Esta apertura, y la importancia del tema en cuestión, llevaron a que la discusión se volviera fermental. En estas últimas semanas, se han venido reuniendo un conjunto importante de organizaciones de la sociedad civil que han conformado una Coalición denominada por una Política Democrática de Comunicación.
Se trata de más de treinta de ellas, y la lista sigue creciendo, al influjo de su llamado “Que nadie se crea ajeno. Que nadie se sienta excluido. Todos a participar”
No podríamos resumir en este artículo la cantidad de documentos que se vienen manejando como base para
la discusión pero alentamos al lector interesado a que se dé una vuelta por el blog del colectivo en http://comunicaciondemocratica.blogspot.com/ y también a que se una a la discusión general.
En futuros artículos nos referiremos más a los contenidos. En esta oportunidad nos conformamos con mostrar qué es lo que se está haciendo y la importancia de ello. Siempre se ha visto a los medios de comunicación como el “cuarto poder”, por su alta significación en la vida ciudadana de las personas. En
especial a la televisión que, gracias a su incorporación al espacio hogareño y su popularidad, ha visto crecer su influjo en la creación de opinión y en la definición de valores de parte de toda la sociedad a medida que nos adentramos en la vida moderna. Algunas estadísticas ya nos informan que los hogares disponen de más de una televisión en promedio y que no son infrecuentes los casos de niños que tienen la suya propia,
independientemente del segmento social a que pertenezcan. El tipo de noticias que recibimos, los valores que
nos trasmiten, entre otros elementos, son preocupación cotidiana de muchos ciudadanos atentos a la calidad de los mensajes que se reciben.
Permítasenos adelantar - al fin y al cabo esta es una columna de análisis de los derechos de los consumidores -que oportunamente, como personas involucradas con el tema de los usuarios, propondremos la existencia de un Ombudsman de Medios que represente el interés colectivo y difuso de los destinatarios de los mensajes que se emiten. Pero el análisis de esta propuesta lo realizaremos en futuras publicaciones.
En resumen, los cambios técnicos que obligan a una nueva legislación, la voluntad política del Ejecutivo expresada a través de una Dirección de Telecomunicaciones sensible al requerimiento ciudadano de una comunicación más democrática, la actividad entusiasta de la sociedad civil organizada y aportando sus ideas, y el hecho de encontrarnos lejos de los períodos eleccionarios donde los medios de comunicación asumen una importancia que los lleva a su casi intocabilidad, son elementos que confluyen para generar un clima
propicio a la participación ciudadana y al debate amplio e inclusivo. Siempre que se habló de medios de comunicación en el pasado nos debíamos conformar con un determinismo fáctico.
Los planetas se han alineado para permitir una discusión colectiva. Sólo hay que recoger el guante y participar.

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