primer taxi para silla de ruedas
Edificios de uso público tendrán rampas
La IMM establecerá que nuevas construcciones privadas de uso público se acondicionen para discapacitados
FEDERICA NARANCIO
DEBORAH FRIEDMANN
Hay al menos 65.000 uruguayos que no pueden subirse a casi ningún ómnibus ni taxi. Tampoco bajar a la playa que deseen, ir a hacer varios trámites, ingresar
a determinadas bibliotecas, dar un paseo sin miedo o estudiar en la institución que elijan. No cometieron ningún delito que los prive de su libertad. Simplemente
son discapacitados que utilizan silla de ruedas y necesitan de una infraestructura que muchas veces no tienen.
Mónica Archetti tiene 34 años y sufre cada día que va al Liceo 14. Depende de la buena voluntad de sus compañeros para ingresar al centro de estudios. Desde
marzo le prometen que van a construir una rampa, pero aún la espera.
Diego Sanz, de 30 años, dice que elige las películas que quiere ver por el cine que las proyecte. En muchos, señala, el ingresar con una silla de ruedas,
es dificultoso o hasta imposible.
Tampoco puede ir a numerosos teatros y museos, utilizar muchos baños públicos ni viajar solo en taxi.
En Uruguay, la accesibilidad para personas con dificultades para movilizarse, avanza, aunque a ritmo lento. A principios de los 90 ni siquiera muchos arquitectos
sabían qué significaba proyectar construcciones sin barreras para discapacitados. Hoy, hay algunas iniciativas concretadas y muchos proyectos a estudio.
El presidente de la Comisión Honoraria del Discapacitado, Alberto Della Gatta, dijo a El País que a pesar de algunos avances, como los rebajes de cordones
de vereda en varias avenidas capitalinas, aún falta muchísimo por hacer.
En materia de transporte urbano, dijo, hay sólo dos unidades de Cutcsa adaptadas para discapacitados, lo que deja afuera del sistema de transporte "a gran
cantidad de público". En cines y teatros "prácticamente no hay adaptación" para sillas de ruedas.
La situación educativa es "muy grave" porque las barreras impiden que numerosos jóvenes accedan a la enseñanza, afirmó Della Gatta. Es más, señaló que en
ocasiones se rechaza en forma oculta a estudiantes discapacitados.
Ese panorama se intenta corregir. La Comisión trabaja para reglamentar la ley 16.095, que en 1989 estableció un sistema de protección integral para personas
discapacitadas.
La intención del grupo de trabajo, que estudia el tema junto con varios diputados, es legislar para suprimir gradualmente las barreras de acceso a centros
educativos, aumentar el número de unidades de transporte colectivo acondicionadas para discapacitados y extender el número de playas con rampas para silla
de ruedas. Hoy, la única está en la rambla y Pagola, en Pocitos.
También la Intendencia de Montevideo lanzará próximamente un reglamento que actualizará el ya existente de 1999, dijo a El País, el presidente de la Comisión
de Discapacidad de la comuna Raúl Campanella.
La arquitecta Mabel Ubiría, que trabaja en ese reglamento, señaló que de ahora en más los locales privados de uso público tendrán que ser accesibles para
discapacitados.
Eso significa, por ejemplo, que las puertas midan al menos 80 centímetros de ancho, que tengan baños que permitan girar y sus puertas abran hacia afuera
y que por los pasillos pasen las sillas de ruedas.
Ubiría dijo que también el Ministerio de Transporte prevé incorporar dentro de las normas para las licitaciones reglas para garantizar la accesibilidad
de todas las personas.
EDUCACION. Mónica Archetti (34) conoció a la madre de Sebastián Bocone (23) por casualidad, en una fiesta de quince. Allí tuvieron la oportunidad de conversar
sobre un problema que comparten: la discapacidad. Mónica, en silla de ruedas desde los 22, empezó a concurrir este año al nocturno del Liceo 14.
El caso de Sebastián, que sufre de parálisis cerebral, es más notorio: el 22 de julio, el gremio estudiantil del Liceo Dámaso Larrañaga inauguró una rampa
provisoria de madera para que él pudiese ingresar al edificio.
Sin embargo, la suerte de Mónica no ha sido la misma.
Cuando empezaron las clases, se reunió con el subdirector del liceo para estudiar la posibilidad de colocar una rampa y el funcionario la solicitó a Secundaria.
"Vino un arquitecto con alguien del Consejo, analizaron como hacer la pendiente y el subdirector me dijo que en diez días iba a estar pronta. Pero luego
noté que los días pasaban sin ningún movimiento. Pregunté nuevamente por la rampa, me dijo que lo habían llamado de Secundaria y que no había dinero para
la infraestructura, que lo lamentaba mucho".
Ahora depende de la solidaridad de sus compañeros, quienes la ayudan con los tres escalones de la entrada por Propios. "Es difícil, porque yo me desplazo
con la silla de ruedas y son nueve cuadras hasta el liceo. A veces llego tarde y no hay nadie afuera, tengo que andar a los gritos".
Para los discapacitados una vez adentro de los centros surgen otra serie de limitaciones que hacen de la ida al liceo una verdadera proeza.
Daniel Sanz, pudo terminar su carrera de Arquitectura, pese a que en 1996 un accidente lo dejó en silla de ruedas. Según contó Ubiría, sus compañeros del
grupo de viaje pagaron la plataforma que le permitió ingresar al centro de estudios. Incluso Sanz realizó el viaje junto a sus compañeros en el 2000.
INICIATIVAS. Inspirado en la historia de los estudiantes del Dámaso, el diputado de la Vertiente Artiguista, Edgardo Ortuño, estableció contacto con las
autoridades de Secundaria para plantear la generalización de las rampas y jerarquizar las políticas antidiscriminatorias en beneficio de los estudiantes
discapacitados.
El acondicionamiento de los liceos para estudiantes con discapacidades ocurre en casos aislados, donde la iniciativa surge por parte del grupo estudiantil
o requiere esfuerzos extraordinarios.
De acuerdo al consejero de Secundaria, Alfredo Guido, a los liceos nuevos se les exige que cumplan con el protocolo de normas que contemplan a los estudiantes
con discapacidades.
Respecto a los edificios más antiguos cuando se efectúan otras reparaciones se aprovecha para incorporar cambios a favor de los discapacitados. De esta
manera, liceos como el Bauzá, Zorrilla, Miranda y el IAVA esperan que el deterioro de sus instalaciones sea suficiente como para llamar la atención de
las autoridades.
TRANSPORTE. El desplazamiento y la falta de transporte adaptado es otra de las dificultades que enfrentan los discapacitados.
Por ahora, Cutcsa es la única empresa que cuenta con dos líneas especiales para personas con discapacidades, e incluso no está habilitada los domingos y
feriados.
La Comisión Nacional Honoraria para Discapacitados cuenta con un servicio de camionetas "puerta a puerta" que debe ser solicitado con 24 horas de anticipación.
Aún así, no es accesible para todos ya que el costo por traslado es de 120 pesos y no funciona los domingos.
"Es lo más frustrante, porque en mi silla me manejo bárbaro, pero el tema del transporte me impide de salir mucho de mi casa. Hace años que estoy por ir
al cine pero no voy", admite Mónica.
Diego se traslada con alguien que maneje. No puede ir solo a ningún lado porque tampoco hay taxis que puedan trasladarlo ni conductores capacitados para
ayudarlo a ingresar y salir del vehículo.
Ese aspecto puntual parece próximo a solucionarse. El presidente de la Gremial Única del Taxi, Oscar Dourado, anunció que están en tratativas con una empresa
de Córdoba, Argentina, para acondicionar el primer taxi para discapacitados del país. Estimó que estará operativo en octubre.
ESPACIOS PUBLICOS. En Montevideo está previsto en las normas municipales que los espacios libres de uso público tengan una adaptación gradual en su infraestructura,
incluyendo vías de circulación, escaleras, rampas y acceso a playas, explicó Campanella.
También hay normas vigentes en cuanto a lugares en salas de espectáculos para discapacitados.
Esas disposiciones se implementan en las obras nuevas, por lo que su concreción es lenta.
En materia de espacios públicos también hay deficiencias. "Nunca vas a ver a un niño ciego jugando en una plaza, porque no hay ninguna preparada para ellos",
señaló Ubiría.
Para un discapacitado motriz, un sólo escalón puede ser una barrera infranqueable. Ni que hablar de muchos peldaños o de veredas en mal estado para un ciego.
Aunque en Montevideo se realizaron rebajes de cordón en varias avenidas que facilitan el traslado de personas en silla de ruedas, Ubiría señaló que esos
cambios se efectuaron sin indicaciones en el pavimento para las personas ciegas.
Ubiría, con 73 años y arquitecta de profesión, lucha por lograr más accesibilidad para discapacitados desde que con casi 30 años una enfermedad que le hizo
perder la tonicidad muscular la dejó en silla de ruedas.
"Es como una misión que tengo", señala. Está contenta porque observa un cambio a favor de los accesos para discapacitados: las normas municipales, el hecho
de que en Facultad de Arquitectura se haya tratado entre los docentes el tema y los jóvenes que no tienen dificultades y ayudan a los que sí las enfrentan.
Cuando nombra a Diego Sanz, con su flamante título de arquitecto, su mirada se ilumina. "Es mi heredero. A cada reunión que voy lo llevo. Soy tan feliz
de que exista, aunque también sé todas las complicaciones que trae".
Discapacidad en Uruguay
CUANTOS. En Uruguay 7,6% de la población es discapacitada, unas 210.400 personas. La quinta parte de los hogares tiene entre sus integrantes al menos una
persona con discapacidad.
SEXO. Hay más mujeres discapacitadas (8,2% de la población) que hombres (7%).
EDAD. Del total de discapacitados 50% tiene 65 o más años, 18,4% entre 50 y 64 años, 12,9% entre 30 y 49 años y los niños y jóvenes representan 17,9%.
AÑOS. La cuarta parte de la población adulta mayor padece de alguna discapacidad.
HOGARES. Casi la mitad (48%) de las personas discapacitadas pertenecen a los hogares de menores ingresos y solamente 30% son de los hogares con mayores
ingresos.
TIPOS. El 31,3% de los discapacitados tiene dificultades para caminar o para movilizarse, 25% padecen de ceguera y 13,6% de sordera.
ORIGEN. Más de la mitad de los discapacitados (51,2%) considera que su dificultad se origina en una enfermedad, 20,8% la considera de nacimiento, 17,5%
la atribuye al envejecimiento y 9,4% a secuelas de accidentes.
NECESIDADES. El 40% de los discapacitados necesitan ayuda para desplazarse fuera del hogar, 15,5% para moverse incluso dentro de su vivienda, 21% para cuidarse
de sí mismo, 15,6% para relacionarse con los demás y 20,7% para integrarse al aprendizaje.
TRABAJO. Sólo la quinta parte de la población discapacitada de 14 o más años participa en el mercado de trabajo. Su tasa de actividad es muy baja en relación
a la población sin discapacidad (19,6% contra 62,4%).
INGRESOS. Más de la mitad de la población de 14 años o más con discapacidad (53,2%) percibe ingresos por transferencias (pensiones, compensaciones, subsidios
o donaciones). El promedio de ingresos por trabajo de la población discapacitada es 37% inferior al que percibe el resto de la ciudadanía.
¿Cómo tratarlos?
MULETAS. Acompáñelo a su ritmo, cuide que no lo tropiecen y que tenga sus muletas cerca y no lo trate bruscamente.
SILLA DE RUEDAS. Evite los movimientos bruscos, tenga cuidado con bordes de las aceras y rebajes, nunca agarre las silla de ruedas por los brazos y para
hablarle, siéntese si es posible
BASTON. Ofrézcale su brazo, no tome el suyo, no se moleste si la persona rechaza la ayuda.
PARALISIS CEREBRAL. No lo trate bruscamente, siga su ritmo, pídale que repita lo que dijo si no lo entiende.
SORDO. Colóquese de frente, hable con lentitud y palabras sencillas, haga gestos simples. Si no lo comprende, escriba lo que quiere transmitirle.
Diario EL PAIS - Montevideo - Uruguay
Domingo 7 de agosto de 2005 | Año 87 - Nº 30169
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