Por amor o por la multa



Como lo comentamos en el artículo que hace referencia a la ciudad de Durango, nos parece fundamental relatar las experiencias positivas que se llevan adelante propiciando la Accesibilidad sin Barreras y el Diseño Universal.

Nos interesa reflexionar con ustedes sobre un importante aspecto socio cultural que creemos se presenta sobre todo en América latina.
Es sabido que en otras regiones del mundo, la población cuida más su entorno y respeta las leyes existentes en cada materia.
Para no pecar de atrevidos, nos referiremos a nuestra ciudad Montevideo. Ustedes podrán precisar si la situación existente en su país o ciudad es similar o difiere a la que expondremos a continuación.
Si bien en las ciudades del interior de nuestro país el panorama puede ser algo más alentador, nos preocupa observar que la postura que adoptan sus habitantes cada vez más se va pareciendo a la vivida en nuestra capital.
Para citar tan sólo un ejemplo de lo difícil que resulta el cumplimiento de las leyes y las normas, les informamos que desde hace un tiempo atrás en nuestro país se aprobó una ley que establece el uso obligatorio a nivel nacional del casco para l@s usuari@s de motos y ciclomotores.
A pesar de ello, son innumerables la cantidad de fallecimientos de personas jóvenes que se registran por esta causa.
En este caso el problema mayor es la ausencia del debido contralor por parte de las autoridades y la falta de conciencia colectiva de cada población.
Por otra parte, una resolución que causó mucha polvareda hace años atrás, tuvo que ver con la firme decisión del presidente Tabaré Vázquez, acerca de prohibir a las personas fumar en espacios tanto públicos o privados de uso público, que no estuvieran al aire libre.
inmediatamente surgieron voces totalmente desconformes con esta drástica medida y se solicitó que su aplicación fuera gradual.
A pesar de las controversias y el mal humor de los viciosos fumadores, y del beneplácito de las personas que no fumamos y valoramos el aire puro y no contaminado, la posición del presidente fue inflexible.
Se anunciaron severas sanciones monetarias para quienes osaran no respetar estas normas.
Cual fue el resultado final?
Luego de castigar a los pocos infractores, hoy la ley es notoriamente respetada por todas y todos.
Solicitamos disculpas por habernos apartado del tema vinculado con la Accesibilidad, pero entendemos que también en esta área ocurren similares situaciones.
Basta caminar por nuestras veredas para comprobar el pésimo estado en que se encuentran la mayoría de las mismas, y si existe la fortuna de que ellas se encuentren en buen estado, infinidad de barreras y obstáculos coartarán el libre desplazamiento de las personas con discapacidad.
Existen normas municipales que señalan claramente que el propietario de una vivienda que da hacia la calle, es el responsable de su mantenimiento en buen estado.
Luego de comprobar que durante décadas, esta resolución no se acata, se está tratando de que los propietarios arreglen sus veredas, ya que en caso contrario la intendencia municipal de Montevideo se hará cargo de estas refacciones, efectuando el cobro de las mismas anexando dicho costo en la factura que deberán abonar los propietarios, junto a sus impuestos municipales.
Es incierto el cumplimiento de esta iniciativa hasta la fecha.
Si es de obstáculos ubicados en las aceras de lo que hablamos, no hace falta efectuar ningún relevamiento especial para darnos cuenta de que la excepción constituye la regla.
Vehículos estacionados en las veredas(autos, motos, etc.). , carteles publicitarios de todo tipo y color, kioscos y otros elementos similares,maceteros, ramas de árboles y otros vegetales que toman cuenta del sector destinado al paso de transeúntes, la existencia de toldos a la altura no permitida, pozos realizados por las empresas públicas y privadas que no cuentan con la debida señalización, etc, etc, etc.
Allá por los años 90, un profesor que tuve en la carrera de Relaciones públicas nos explicó en materia de comportamiento humano lo que se denominaba como” Conciencia Crasa”.
El decía:” cuando una persona no respeta un semáforo en rojo una vez, se da cuenta de la infracción que cometió, a la segunda vez ya esta conducta le pasa más desapercibida, y luego de infringir sucesivamente estas normas de órden público, la persona ya no registra su conducta como algo anormal y criminal”.
Estamos tan acostumbrados en estas latitudes a no respetar a los demás, ni a respetarnos a nosotros mismos, que pareciera que todo da igual.
Ensuciamos nuestros espacios públicos sin ningún tipo de remordimiento, total otro lo tendrá que limpiar, y en última instancia seamos nosotros mismos los que paguemos por esta; imprudencia abonando mayores impuestos.
Contravenimos leyes y normas, ya que supuestamente nadie nos verá cuando lo hacemos.
Regresando al tema que motiva estas reflexiones, compartimos otro episodio relacionado con las reglas ciudadanas y su respeto por parte de la población.
En Montevideo existe un muy bello barrio costero denominado pocitos.
Caracteriza a este lugar la densa concentración de edificios de apartamentos de alto valor inmobiliario, y el elevado poder adquisitivo de una gran parte de la población de este barrio.
Aunque parezca mentira, a pesar de no constituir en muchos casos el sitio ideal para convivir con diferentes mascotas, es uno de los barrios capitalinos con mayor concentración de animales por habitante.
Distintos espacios verdes y la arena de la playa ofician muchas veces de lugares receptores de los excrementos de los canes.
Hace un tiempo atrás, la Comuna decidió multar a todas aquellas personas cuyos perros hicieran sus necesidades en la vía pública y otros sitios no previstos para tal fin.
Cada acompañante de sus mascotas debía llevar consigo una palita y bolsas para recoger las heces de los animales.
Se multaría a todos aquellos que no cumplieran con este mandato, y se dispuso de personal municipal que velara por el acatamiento de dicha norma.
Bastaron unas cuantas multas, para que la población en general asumiera su responsabilidad como tenedor de una mascota.
La repercusión de dicha noticia en los canales masivos de televisión fue inmediata y generó el cambio de actitud de la gente.
Pudo más la acción coercitiva que el uso de la razón.
que pasa al día de hoy, ya hace tiempo que no se controla ni se multa, por lo que se regresó al estadio anterior, siendo dificultoso caminar en forma distraída por las veredas, ya que la mayoría sirven para alojar a la caca de sus queridos animalitos.
En este otro ejemplo, pudimos observar como se modificaron conductas de los habitantes de un barrio, y como al dejar de fiscalizar el cumplimiento de las normas, todo volvió a una egoísta realidad.
Usted se preguntará que tiene que ver este último relato con el tema de la Accesibilidad sin Barreras?
Aunque parezca un tema trivial para muchos, para las personas con discapacidad usuarias de sillas de ruedas, de bastones, para las personas ciegas o con baja visión, para las personas mayores o las madres que deben llevar a sus niños en cochecitos, etc, la situación planteada es preocupante, no sólo por el tema vinculado con la Salud.
décadas atrás en un programa televisivo se exhibía como encaraban en Corea las autoridades la situación de aquellas personas que arrojaban un papel al suelo. Allí las personas que no respetaban las normas en este aspecto eran sancionadas, debiendo tener que realizar en forma obligatoria actividades comunitarias, efectuando la limpieza de parques y plazas. Los infractores debían utilizar un colorido chaleco que los dejaba en evidencia ante el resto de la sociedad.
Será el escarnio público la solución a estos problemas?
Hay un sabio principio que establece que el derecho de una persona termina donde empieza el de los demás.
Cuando por una actitud negligente de nuestra parte perjudicamos el accionar de otras personas eso no está bien, pero es peor aún cuando el público involucrado son las personas pertenecientes a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Cuando un distraído automovilista estaciona su auto junto al borde de un cordón y sin darse cuenta obstaculiza el acceso a una rampa de una persona usuaria de sillas de ruedas, está en primer lugar poniendo en peligro la vida de esa persona, que tendrá que trasladarse por la calle en busca de otra rampa que le permita subir a la vereda en forma segura.
Más allá de ello, está atentando contra la dignidad de esa persona con discapacidad e impidiendo el libre goce de sus Derechos humanos.
Lo que para algunos es un hecho insignificante, para otros constituye un gran problema.
Al principio de esta nota, comentábamos que Cecilia nos contó que en la ciudad de Durango en México, junto a las rampas callejeras para personas usuarias de sillas de ruedas, observó que se encontraba un cartel que apelaba a incentivar la conducta deseada, ya fuera por la sensibilidad del automovilista o por la sanción que recibiría si las autoridades se percataban de su infracción.
Dicho cartel presentaba el siguiente texto:
Por Amor o por la multa (750 pesos).

Será que somos hijos del rigor ?

Quién le pondrá el cascabel al gato?

Autor: Humberto Demarco
Consultor en Desarrollo Organizacional, Manager en Relaciones Públicas, Especialista en Gestión de Calidad, Especialista en Gestión de Calidad de los R.R.H.H., Integrante del comité de accesibilidad al medio físico del Instituto Uruguayo de Normas Técnicas, Presidente de la organización social sin fines de lucro: Red Especial Uruguaya, Director del Taller Cultural Itinerante “SINSOCIEGO”


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