ACCESIBILIDAD LABORAL EN LOS LLAMADOS PÚBLICOS

El Juego de la Mosqueta :

” Discriminación por razones de edad”.

En este artículo de forma muy resumida nos dedicaremos a mencionar aspectos que tienen que ver con las trabas que por razones de edad, impiden poder acceder a un empleo a un importante grupo de personas con discapacidad, en nuestro país.
Como ya lo hemos manifestado en anteriores oportunidades, son muy variadas las formas en que proceden las diferentes reparticiones públicas a la hora de realizar una convocatoria para cubrir vacantes con personas con discapacidad, según lo establecido por las leyes vigentes.
Cada uno de los llamados constituye un terreno fértil para en forma más o menos solapada atentar contra los Derechos Humanos de las personas con discapacidad en este ámbito.
Existe una total ausencia de procederes uniformes por parte de las diferentes reparticiones estatales a la hora de realizar sus llamados, a pesar de que son muy escasas las categorías que se ofrecen a los interesados.
Muy pocos son los llamados que se gestionan con calidad.
Muchas son las personas que determinan sus condiciones, sin estar preparadas para ello.
Las barreras culturales y mentales son las más difíciles de superar.
Se carece de una colocación Selectiva del personal en las diferentes dependencias del estado.
Si se aplicara esta opción, se posibilitaría que cada persona pudiera sentirse útil y capaz de demostrar su mayor potencial, sacando provecho de su experiencia, formación y motivación, dejando de lado el ingreso a puestos laborales que desde el vamos le impedirán desarrollarse en el futuro, tanto a nivel personal, como profesional.
En la actualidad, se continúa menospreciando las capacidades de las personas con discapacidad.
Las únicas ofertas que se ofrecen para llenar las vacantes están relacionadas con tareas administrativas o de atención telefónica.

Todas aquellas pcd portadoras de otras cualidades y aspiraciones, deberán ver relegadas sus aspiraciones para un momento que quizás nunca golpee su puerta.
En los últimos años han sido casi únicos los casos en los que se ha requerido postulantes
técnicos, profesionales o especialistas en otras diversas áreas, para los que dominan un oficio, etc.
Parecería que sólo de administrativos y telefonistas está empedrado el Estado.
Nos parece muy bueno que se den oportunidades a los más jóvenes, pero se está dejando de lado a un gran número de personas que presentan una discapacidad adquirida en su edad adulta por razones de accidente, enfermedad, etc, y que habiendo formado parte del mercado laboral, de golpe y porrazo queda sin su empleo y le es vedada toda posibilidad de continuar llevando a delante su vida de la mejor manera.
En el mejor de los casos, y si su antigüedad laboral se lo permite, estas personas podrán acogerse a una jubilación, que en la mayoría de los casos no les alcanzará para cubrir sus necesidades básicas.
Si nos tomamos el trabajo de leer con detenimiento estas convocatorias , podremos observar las diferentes incongruencias que saltan a la vista en forma grosera y que denotan que en su inmensa mayoría, son planificadas y llevadas adelante por personal que poco o nada saben del colectivo de las personas con discapacidad y de sus particularidades.
En una mal entendida igualdad de oportunidades, Se suele tomar como insumo para explicitar el correspondiente llamado para pcd, a los llamados que se realizan para el público en general.
Hace poco tiempo atrás, en un llamado público se recalcó esto de que se los consideraba tan capaces a las pcd que se les examinaría con los mismos requisitos que se determinaban para los demás llamados. En este marco, resultó tragicómico, que en una de las pruebas de informática, se les preguntara a personas ciegas, dentro de un check list sobre Excel, si la opción correcta era la que se indicaba por el color rojo de las letras o por donde estaba ubicado el puntero del Mouse.
Está bien que se piense que las personas ciegas son muy capaces, pero no tanto como para llegar al extremo de que puedan guiarse por los colores que aparecen en una celda de una planilla de una hoja de cálculos.
El Estado debe jugar un rol fundamental para que no sean avasallados en todas las áreas, los Derechos humanos de las pcd, pero en cada uno de estos llamados se constata que es este Estado el que por acción u omisión, vulnera estos mismos derechos.
La vida pasa y nos vamos poniendo viejos.
Uno de los problemas que en materia laboral podemos apreciar en nuestra sociedad hoy en día, refiere a la alta rotación de personal que se registra en el Mercado.
A los más jóvenes y a los mayores de 40 años les resulta complicado conseguir un empleo.
Los que ocupan el segundo segmento, se ven en peores condiciones que los primeros, ya que les restan menos años de vida útil en materia de empleo.
Este grupo se ve obligado a trabajar en condiciones poco ventajosas, ya que las posibilidades de elección pueden ser escasas y corren el riesgo si no consiguen un empleo formal rápidamente, de no poder completar los años requeridos de antigüedad que la legislación exige para que puedan acogerse a una futura jubilación .
Este problema ocurre hoy en Uruguay, a pesar de que las estadísticas muestran niveles muy bajos de desempleo.
Este problema impacta en las personas que no presentan discapacidades.
Ahora que sucede cuando esta situación ocurre con personas que presentan alguna discapacidad?
Debemos tener en cuenta que por no existir todavía una sociedad realmente inclusiva, en la mayor parte de América latina, más del 80 % de la población con discapacidad que desea trabajar y que está apta para ello, carece de un empleo, pudiendo ocurrir que quizás nunca logre acceder a el, ni siquiera por unos meses.
Más allá de que las pcd se encuentren bien preparadas para ingresar al mercado laboral, la ocurrencia de estos llamados públicos son muy limitados, compitiendo por un mismo puesto como mínimo, cientos de personas.
O sea que van pasando los años más pujantes, sin poder ver mejorados sus ingresos y los de sus familias
Las pcd deben ingresar al mercado laboral y por ende al mercado de consumo, para poder satisfacer sus diferentes necesidades.
Pero que sucede cuando se ven relegados y discriminados por las pautas establecidas en estos concursos?.
Un ejemplo reciente y real.
El año pasado la administración Nacional de puertos realizó un llamado para efectivizar la contratación de 7 personas en el Departamento de Montevideo y otras tantas en otros departamentos del país.
En las bases del llamado se establecieron diferentes requisitos que no resultaban muy congruentes, como por ejemplo solicitar como nivel más bajo de estudios, que los postulantes hubieran terminado la educación primaria. Sin embargo otro de los requisitos determinaba que se valoraría en estas personas sus estudios contables.
Ambos aspectos no parecen coincidir en sus aspiraciones.
Parece difícil que una persona que sólo realizó estudios primarios, cuente en su haber con estudios contables.
Copiamos otro de los requisitos de este llamado:
Requisito Preferente
Puntos
Edad menor de 35 años a la fecha de inscripción.
20 puntos.
En caso de tener la persona postulante 35 años o más a la fecha de inscripción, recibirá solamente 10 puntos por este ítem.
De lo que se desprende de este ítem, podemos aseverar que existe una discriminación por razones de edad.
Porqué expresamos esto?
Si bien son muy pocos los llamados en los cuales se coincide en la edad requerida de los candidatos, a pesar de que los puestos si son coincidentes, en varios de ellos se determina de antemano un límite por razones de edad.
En este caso, se presentaron al llamado cerca de 250 personas con discapacidad.
Afortunadamente cada vez son más los jóvenes con discapacidad que cuentan con una mayor formación para el empleo.
Por ello en este caso debemos suponer que la lista de los 25 habilitados que consiguieron el puntaje máximo y que pasaban a la siguiente etapa del concurso, estaría integrada por personas menores de 35años y que de ninguna forma los mayores de esta edad pudieron tener alguna posibilidad.
Es más conocemos a personas que por tener 36 años vivieron en carne propia esta situación, inclusive los mismos funcionarios que recibían toda la documentación solicitada, le expresaron que sería muy difícil que el accediera a uno de estos cargos.
Más allá de que las personas mayores de 35 años obtuvieran el máximo puntaje en los demás requisitos preferentes, nunca podrían competir en igualdad de condiciones con los candidatos más jóvenes por ver relegado desde el vamos 10 puntos de los 100 que integraban el puntaje total.
Del mismo modo en este llamado no se tomó en cuenta en forma debida la experiencia que pudieran tener los mayores de 35años,aspecto que podría nivelar la balanza a la hora de competir por uno de estos cupos.
Creemos que parte de estas incongruencias están delimitadas por el gran desconocimiento que en general existe de parte de quienes toman las decisiones en la puesta en práctica de estos llamados.
Incluso una opción que se podría haber instrumentado de antemano en este caso , era asignar algunos de los 7 cupos para cada franja etaria. De esta manera se evitaba que todo esfuerzo fuera en vano para los mayores de 35 años.
A muchas pcd por carecer de transporte accesible o por encontrarse con distintos obstáculos tanto arquitectónicos o actitudinales les resulta complicado poder inscribirse personalmente en estos llamados
Está comprobado que uno de los aspectos que produce más streess a las personas, está relacionado con la falta de un empleo.
Pero si a este hecho, le sumamos que la persona en cuestión presenta alguna discapacidad, la situación es mucho peor, ya que las posibilidades son mucho más escasas.
Esta carrera de obstáculos para acceder a un trabajo digno provoca en la mayoría de los postulantes grandes decepciones y frustraciones.
El llamado que hemos analizado, constituye un caso muy aislado, ya que en Montevideo, ingresarían 7 personas a la ANP.
En la mayoría de los demás casos, la cifra requerida para cubrir vacantes cuando se produce otro llamado es mucho menor.
Por lo expresado, creemos que resulta imprescindible atender a estas consideraciones para lograr en los hechos una sociedad más justa e inclusiva.
Montevideo,24 de Febrero de 2011.
Autor: Humberto Demarco
Facilitador en Desarrollo Organizacional.
Manager en Relaciones Públicas.
Especialista en Calidad UNIT-ISO 9000.
Especialista UNIT en Recursos Humanos para Sistemas de Gestión.
Integrante del comité de Responsabilidad Social de UNIT
Instituto Uruguayo de Normas Técnicas
Presidente de la ONG sin fines de lucro: Red Especial Uruguaya:
http://www.redespecialuruguaya.blogspot.com/
Director del Taller Cultural Itinerante “SINSOCIEGO”:
http://www.tallerculturalsinsociego.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario