Discapacidad visual



Se considera que una persona tiene discapacidad visual cuando ha perdido total o parcialmente el sentido de la vista. Para este tipo de discapacidad el Centro Fundación Telefónica dispone de:

Lector de pantalla.

Software utilizado por personas ciegas. Con ayuda de un sintetizador de voz, este software convierte los textos de la pantalla y las barras de herramientas en textos audibles o impresos.

Es este uno de los sistemas más fáciles de acceder a la información visualizada en pantalla, tanto para personas ciegas como con baja visión; su objetivo es sencillamente el envío de información de la computadora al usuario mediante mensajes hablados que, como veremos, suelen ser emitidos con voces total o parcialmente sintéticas aunque en algunas ocasiones se puedan emplear voces naturales grabadas.

Antaño el conseguir que un ordenador pudiera “hablar” no era fácil, siendo preciso para ello instalar en sus entrañas complejas placas de interfaz, que se conectaban a altavoces externos diseñados para tal fin y que emitían voces metálicas de difícil interpretación (tal era el caso del equipo VertPlus de la empresa Telesensory Systems). Hoy día, y sobre todo desde la aparición de las primeras tarjetas de sonido mínimamente aceptables, manipular la voz humana, crear voces artificiales y hasta simular que el ordenador “cante” (mediante la manipulación de los tonos, volúmenes y velocidades de emisión de esas voces), está al alcance del menos exigente de los usuarios.

Esta última circunstancia ha ocasionado que el campo más evolucionado en la síntesis de voz para el uso de personas no videntes sea el de los sintetizadores por programación a partir de las posibilidades que ofrecen las tarjetas de sonido; de ellos existen numerosas variantes creadas en otros tantos idiomas, algunas de ellas muy potentes y con capacidades a veces curiosas en la interpretación de las lenguas (caso del aplicativo ELOQUENCE, fabricado por ELOQUENCE TECHNOLOGIES INTERNATIONAL y distribuido por la casa IBM como parte del paquete ViaVoice, que es muy apreciado entre los usuarios de este género de adaptación); digno es también de ser mencionado el recientemente aparecido ORPHEUS de la compañía inglesa Dolphin Computer Access, programa de síntesis de voz con cerca de cuarenta variantes de idioma creadas y con notables ventajas frente a los ya implantados. También, y aunque en origen no fueron desarrollados para tal propósito, se ha conseguido emplear los sintetizadores de voz incluidos en programas de texto hablado como adaptaciones para ciegos (tal es el caso del que acompaña al popular TextAssist, fabricado por DEC y distribuido por la empresa CREATIVE LABS incluso de forma gratuita con algunas series de su tarjeta SoundBlaster, y que puede hablar más o menos aceptablemente en cuatro idiomas); este aprovechamiento, además del ahorro en costes que puede suponer, aumenta la compatibilidad de los programas de accesibilidad que emplean síntesis de voz.

Aparte de la síntesis de voz descrita, todavía se siguen distribuyendo equipos externos destinados a idéntico fin; generalmente se trata de aparatos no mayores que un transistor de viaje, completamente portátiles (algunos, como el CIBER232P, diseñado en su día por CIBERVEU SA, fabricado por Tecnicaid y distribuido por ONCE España, incluso provistos de una batería recargable para, entre otros motivos, poder ser conectados a ordenadores también portátiles) y que se suelen enchufar a los puertos serie de cualquier máquina compatible. También en este apartado un producto de la casa Dolphin Computer Access, el Apollo2, debe ser nombrado como un equipo de gran prestigio tanto por las múltiples variantes idiomáticas con que puede adquirirse, como por su potencia y la calidad de su voz que no deja de ser totalmente sintética. La gran ventaja de estos aparatos es su facilidad de traslado y que funcionan bajo cualquier sistema operativo (no hay que olvidar que la mayoría de programas diseñados para las tarjetas de sonido sólo corren bajo Windows) siempre que se disponga de un programa de interfaz que se pueda ejecutar encima; el insalvable inconveniente, desde luego, es su precio, normalmente por encima de las cincuenta mil pesetas, que lo motiva el hecho de ser material basado en piezas de fabricación exclusiva y en pequeñas series.

Una breve reseña final merece la utilización de voces humanas grabadas como sistema de comunicación con el usuario no vidente; todos hemos utilizado alguna vez programas, sobre todo de carácter educativo o formativo, una buena parte de cuya salida consiste en mensajes hablados o sonoros en general, y que si se han diseñado hasta los últimos detalles pueden ser igualmente empleados por personas con vista como por quienes no la gozan; pero es principalmente en las aplicaciones de instalación de programas de adaptación especializados donde el uso de voces humanas grabadas es imprescindible para que el usuario ciego pueda seguir dichos procesos pues, al no existir todavía en el sistema controladores para los dispositivos de síntesis de voz, sólo queda esta forma de interaccionar con el operador (naturalmente, esto sólo es válido en entornos que soporten salida por tarjeta de sonido). Valga decir también que los modernos sintetizadores de voz por programación se basan en voces humanas auténticas, con la combinación de cuyos fonemas grabados forman electrónicamente las letras, las sílabas y las palabras; aún así la salida, mucho más agradable al oído, no deja de ser sintética pues carece de los matices de la voz humana real (de aquí la diferenciación hecha anteriormente entre voces total y parcialmente artificiales).

Magnificador de pantalla.

Software utilizado por las personas con baja visión que amplía los caracteres de la pantalla desde dos hasta 20 veces su tamaño.

Este tipo de adaptación es tal vez el primero que apareció en el mercado y, sin lugar a dudas, es el más espectacular a la vista de no iniciados en la materia; lo que este método consigue es agrandar los caracteres y demás contenidos de la pantalla desde el doble hasta niveles a veces muy altos (más de cincuenta aumentos, donde una sola letra de tamaño reducido apenas cabe entera en pantalla).

Los primeros equipos de ampliación que aparecieron, como el VISTA de la empresa norteamericana Telesensory Systems, se componían de una tarjeta de interfaz que se insertaba dentro del ordenador, a la cual se conectaba internamente la tarjeta de vídeo y externamente el monitor, y que hacía de puente lupa entre una y otro, utilizándose un ratón convencional para intercomunicar con el usuario, quien, una vez cargado en memoria el controlador correspondiente, podía emplearlo para mover y agrandar la región ampliada a su conveniencia. Como veremos más tarde, las cosas se han simplificado enormemente desde entonces hasta nuestros días, donde el uso de equipos sólidos ha sido suplantado al cien por cien por el de programas informáticos apreciablemente más poderosos.

Ilustración 3: ejemplo de pantalla gráfica ampliada.

Existen otros métodos de ampliación de imagen menos sofisticados pero que pueden resolver también el problema, como por ejemplo filtros que se colocan sobre la pantalla y llegan a duplicar el tamaño de su contenido o incluso, los un poco más complejos, integran un sistema de lupa física que el usuario va desplazando manualmente a medida que va leyendo la salida visualizada. Los monitores de dimensiones superiores a las habituales, en principio no diseñados exprofeso para personas con poca visión, pueden resultar también de mucha utilidad para algunas de ellas; en este terreno se está ya estudiando la posibilidad de utilizar televisores convencionales para obtener unas imágenes muy ampliadas a un precio muy reducido, pues no hay que olvidar que el coste de los monitores citados puede ser muy elevado. Por último, cabe citar más por curiosidad que como dato a tener en cuenta, algunos sistemas muy antiguos que consistían en una lupa electrónica que se colocaba sobre la pantalla del ordenador y que enviaba sus imágenes ampliadas a un visor especial o incluso a una tabla táctil donde quedaban reflejadas en relieve (esto último en el tiempo de los monitores monocromáticos era bastante fácil de obtener).

  • Sistema Braille

Es este uno de los sistemas más fáciles de acceder a la información visualizada en pantalla, tanto para personas ciegas como con baja visión; su objetivo es sencillamente el envío de información de la computadora al usuario mediante mensajes hablados que, como veremos, suelen ser emitidos con voces total o parcialmente sintéticas aunque en algunas ocasiones se puedan emplear voces naturales grabadas.

Antaño el conseguir que un ordenador pudiera “hablar” no era fácil, siendo preciso para ello instalar en sus entrañas complejas placas de interfaz, que se conectaban a altavoces externos diseñados para tal fin y que emitían voces metálicas de difícil interpretación (tal era el caso del equipo VertPlus de la empresa Telesensory Systems). Hoy día, y sobre todo desde la aparición de las primeras tarjetas de sonido mínimamente aceptables, manipular la voz humana, crear voces artificiales y hasta simular que el ordenador “cante” (mediante la manipulación de los tonos, volúmenes y velocidades de emisión de esas voces), está al alcance del menos exigente de los usuarios.

Esta última circunstancia ha ocasionado que el campo más evolucionado en la síntesis de voz para el uso de personas no videntes sea el de los sintetizadores por programación a partir de las posibilidades que ofrecen las tarjetas de sonido; de ellos existen numerosas variantes creadas en otros tantos idiomas, algunas de ellas muy potentes y con capacidades a veces curiosas en la interpretación de las lenguas (caso del aplicativo ELOQUENCE, fabricado por ELOQUENCE TECHNOLOGIES INTERNATIONAL y distribuido por la casa IBM como parte del paquete ViaVoice, que es muy apreciado entre los usuarios de este género de adaptación); digno es también de ser mencionado el recientemente aparecido ORPHEUS de la compañía inglesa Dolphin Computer Access, programa de síntesis de voz con cerca de cuarenta variantes de idioma creadas y con notables ventajas frente a los ya implantados. También, y aunque en origen no fueron desarrollados para tal propósito, se ha conseguido emplear los sintetizadores de voz incluidos en programas de texto hablado como adaptaciones para ciegos (tal es el caso del que acompaña al popular TextAssist, fabricado por DEC y distribuido por la empresa CREATIVE LABS incluso de forma gratuita con algunas series de su tarjeta SoundBlaster, y que puede hablar más o menos aceptablemente en cuatro idiomas); este aprovechamiento, además del ahorro en costes que puede suponer, aumenta la compatibilidad de los programas de accesibilidad que emplean síntesis de voz.

Ilustración 4: sintetizador CIBER232P de Tecnicaid.

Aparte de la síntesis de voz descrita, todavía se siguen distribuyendo equipos externos destinados a idéntico fin; generalmente se trata de aparatos no mayores que un transistor de viaje, completamente portátiles (algunos, como el CIBER232P, diseñado en su día por CIBERVEU SA, fabricado por Tecnicaid y distribuido por ONCE España, incluso provistos de una batería recargable para, entre otros motivos, poder ser conectados a ordenadores también portátiles) y que se suelen enchufar a los puertos serie de cualquier máquina compatible. También en este apartado un producto de la casa Dolphin Computer Access, el Apollo2, debe ser nombrado como un equipo de gran prestigio tanto por las múltiples variantes idiomáticas con que puede adquirirse, como por su potencia y la calidad de su voz que no deja de ser totalmente sintética. La gran ventaja de estos aparatos es su facilidad de traslado y que funcionan bajo cualquier sistema operativo (no hay que olvidar que la mayoría de programas diseñados para las tarjetas de sonido sólo corren bajo Windows) siempre que se disponga de un programa de interfaz que se pueda ejecutar encima; el insalvable inconveniente, desde luego, es su precio, normalmente por encima de las cincuenta mil pesetas, que lo motiva el hecho de ser material basado en piezas de fabricación exclusiva y en pequeñas series.

Una breve reseña final merece la utilización de voces humanas grabadas como sistema de comunicación con el usuario no vidente; todos hemos utilizado alguna vez programas, sobre todo de carácter educativo o formativo, una buena parte de cuya salida consiste en mensajes hablados o sonoros en general, y que si se han diseñado hasta los últimos detalles pueden ser igualmente empleados por personas con vista como por quienes no la gozan; pero es principalmente en las aplicaciones de instalación de programas de adaptación especializados donde el uso de voces humanas grabadas es imprescindible para que el usuario ciego pueda seguir dichos procesos pues, al no existir todavía en el sistema controladores para los dispositivos de síntesis de voz, sólo queda esta forma de interaccionar con el operador (naturalmente, esto sólo es válido en entornos que soporten salida por tarjeta de sonido). Valga decir también que los modernos sintetizadores de voz por programación se basan en voces humanas auténticas, con la combinación de cuyos fonemas grabados forman electrónicamente las letras, las sílabas y las palabras; aún así la salida, mucho más agradable al oído, no deja de ser sintética pues carece de los matices de la voz humana real (de aquí la diferenciación hecha anteriormente entre voces total y parcialmente artificiales).

· Los navegadores de internet

Mucho es lo que resuelven, si son de cierta calidad y se usan al cien por cien, los ampliadores de imágenes y lectores de pantalla en la lectura de páginas Web, pero en ciertos casos es necesaria la presencia de un programa suplementario para poder acceder plenamente a los contenidos de estos documentos.

Los navegadores de Internet especializados, que suelen combinar voz y ampliación de imagen, facilitan en gran medida la lectura correcta de los textos, la búsqueda rápida de enlaces (links) y otros elementos dentro de una misma página, el envío y la recepción de correo electrónico, y la lectura de las descripciones de los gráficos siempre que el diseñador de la página las haya introducido. Por lo demás, estos navegadores, como el WebSpeak de la sociedad norteamericana Productivity Works, funcionan de igual forma que cualquier otro (Internet Explorer, NetScape...), excepto que en su manejo se tiende a dar mucha más importancia al uso del teclado frente al ratón, que queda relegado como dispositivo auxiliar o incluso es desactivado para evitar conflictos propios del entorno gráfico.
Las páginas Web, contrariamente a los programas de aplicación comunes, disponen de unas pautas de elaboración bastante limitadas, hecho que evita en gran medida la aparición de diseños exclusivos imposibles de interpretar por los soportes de adaptación; a pesar de esto, las páginas escritas en lenguaje HTML (HyperText Markup Language) no son del todo accesibles, fenómeno que ha conducido a las organizaciones que integran el WWW Consortium, autoridad capital en la promulgación de reglamentos para la circulación de datos en Internet, a elaborar la normativa WAI (Web Accessibility Iniciative), donde quedan claramente definidos los criterios que una página HTML debe seguir en su gestación para poder ser utilizada más tarde por cualquier usuario; estos protocolos han sido traducidos al español por el grupo de trabajo Acceso de la Universidad de Valencia, y también se han construido pequeños programas aplicativos de distribución gratuita (como el Bobby de la sociedad CAST) capaces de determinar si una página cumple o no los requisitos exigidos para ser accesible; por desgracia, las condiciones cuya reseña antecede son de aplicación voluntaria y, ¡qué se le va a hacer!, tienden a pasarse por alto mucho más de lo que sería disculpable.
Este desajuste puede verse corregido y aumentado en el mal sentido con el establecimiento del lenguaje XML (eXtensible Markup Language) como código de escritura de páginas Web a nivel universal; con este cambio que ya soporta la versión 5.0 de Microsoft Internet Explorer, el lenguaje habrá evolucionado hasta el punto de soportar diferentes sublenguajes o DTD's (Document Type Definition), uno de los cuales será el HTML mejorado; la inclusión de nuevas fórmulas de edición de páginas habrá forzosamente de ocasionar muchos problemas de accesibilidad que se sumarán a los ya existentes.
Pero como no hay rosa sin espinas ni amor sin recelos, tampoco hay guerra sin armisticio ni temporal sin calma, lo cual, aplicado al tema que nos atañe, se traduce en el surgimiento de perceptibles mejoras derivadas del paso al XML como código unificado; además de incrementar las capacidades de manipulación de la información escrita, este código permite configurar a cada usuario el perfil de las páginas que recibirá (colores, tipo y tamaño de fuente, presencia o no de gráficos...) y, lo que será de muy gran importancia al colectivo de los ciegos, soporta entre sus DTD's el lenguaje multimedia SMIL (Standard Multimedia Interface Language), con el que podrán crearse libros hablados digitales, aspecto que estimo más conveniente explicar en una sección independiente dada, insisto, su mucha trascendencia.

-Discapacidad visual

Se considera que una persona tiene discapacidad visual cuando ha perdido total o parcialmente el sentido de la vista. Para este tipo de discapacidad el Centro Fundación Telefónica dispone de:

Lector de pantalla.

Software utilizado por personas ciegas. Con ayuda de un sintetizador de voz, este software convierte los textos de la pantalla y las barras de herramientas en textos audibles o impresos.

Es este uno de los sistemas más fáciles de acceder a la información visualizada en pantalla, tanto para personas ciegas como con baja visión; su objetivo es sencillamente el envío de información de la computadora al usuario mediante mensajes hablados que, como veremos, suelen ser emitidos con voces total o parcialmente sintéticas aunque en algunas ocasiones se puedan emplear voces naturales grabadas.

Antaño el conseguir que un ordenador pudiera “hablar” no era fácil, siendo preciso para ello instalar en sus entrañas complejas placas de interfaz, que se conectaban a altavoces externos diseñados para tal fin y que emitían voces metálicas de difícil interpretación (tal era el caso del equipo VertPlus de la empresa Telesensory Systems). Hoy día, y sobre todo desde la aparición de las primeras tarjetas de sonido mínimamente aceptables, manipular la voz humana, crear voces artificiales y hasta simular que el ordenador “cante” (mediante la manipulación de los tonos, volúmenes y velocidades de emisión de esas voces), está al alcance del menos exigente de los usuarios.

Esta última circunstancia ha ocasionado que el campo más evolucionado en la síntesis de voz para el uso de personas no videntes sea el de los sintetizadores por programación a partir de las posibilidades que ofrecen las tarjetas de sonido; de ellos existen numerosas variantes creadas en otros tantos idiomas, algunas de ellas muy potentes y con capacidades a veces curiosas en la interpretación de las lenguas (caso del aplicativo ELOQUENCE, fabricado por ELOQUENCE TECHNOLOGIES INTERNATIONAL y distribuido por la casa IBM como parte del paquete ViaVoice, que es muy apreciado entre los usuarios de este género de adaptación); digno es también de ser mencionado el recientemente aparecido ORPHEUS de la compañía inglesa Dolphin Computer Access, programa de síntesis de voz con cerca de cuarenta variantes de idioma creadas y con notables ventajas frente a los ya implantados. También, y aunque en origen no fueron desarrollados para tal propósito, se ha conseguido emplear los sintetizadores de voz incluidos en programas de texto hablado como adaptaciones para ciegos (tal es el caso del que acompaña al popular TextAssist, fabricado por DEC y distribuido por la empresa CREATIVE LABS incluso de forma gratuita con algunas series de su tarjeta SoundBlaster, y que puede hablar más o menos aceptablemente en cuatro idiomas); este aprovechamiento, además del ahorro en costes que puede suponer, aumenta la compatibilidad de los programas de accesibilidad que emplean síntesis de voz.

Aparte de la síntesis de voz descrita, todavía se siguen distribuyendo equipos externos destinados a idéntico fin; generalmente se trata de aparatos no mayores que un transistor de viaje, completamente portátiles (algunos, como el CIBER232P, diseñado en su día por CIBERVEU SA, fabricado por Tecnicaid y distribuido por ONCE España, incluso provistos de una batería recargable para, entre otros motivos, poder ser conectados a ordenadores también portátiles) y que se suelen enchufar a los puertos serie de cualquier máquina compatible. También en este apartado un producto de la casa Dolphin Computer Access, el Apollo2, debe ser nombrado como un equipo de gran prestigio tanto por las múltiples variantes idiomáticas con que puede adquirirse, como por su potencia y la calidad de su voz que no deja de ser totalmente sintética. La gran ventaja de estos aparatos es su facilidad de traslado y que funcionan bajo cualquier sistema operativo (no hay que olvidar que la mayoría de programas diseñados para las tarjetas de sonido sólo corren bajo Windows) siempre que se disponga de un programa de interfaz que se pueda ejecutar encima; el insalvable inconveniente, desde luego, es su precio, normalmente por encima de las cincuenta mil pesetas, que lo motiva el hecho de ser material basado en piezas de fabricación exclusiva y en pequeñas series.

Una breve reseña final merece la utilización de voces humanas grabadas como sistema de comunicación con el usuario no vidente; todos hemos utilizado alguna vez programas, sobre todo de carácter educativo o formativo, una buena parte de cuya salida consiste en mensajes hablados o sonoros en general, y que si se han diseñado hasta los últimos detalles pueden ser igualmente empleados por personas con vista como por quienes no la gozan; pero es principalmente en las aplicaciones de instalación de programas de adaptación especializados donde el uso de voces humanas grabadas es imprescindible para que el usuario ciego pueda seguir dichos procesos pues, al no existir todavía en el sistema controladores para los dispositivos de síntesis de voz, sólo queda esta forma de interaccionar con el operador (naturalmente, esto sólo es válido en entornos que soporten salida por tarjeta de sonido). Valga decir también que los modernos sintetizadores de voz por programación se basan en voces humanas auténticas, con la combinación de cuyos fonemas grabados forman electrónicamente las letras, las sílabas y las palabras; aún así la salida, mucho más agradable al oído, no deja de ser sintética pues carece de los matices de la voz humana real (de aquí la diferenciación hecha anteriormente entre voces total y parcialmente artificiales).

Magnificador de pantalla.

Software utilizado por las personas con baja visión que amplía los caracteres de la pantalla desde dos hasta 20 veces su tamaño.

Este tipo de adaptación es tal vez el primero que apareció en el mercado y, sin lugar a dudas, es el más espectacular a la vista de no iniciados en la materia; lo que este método consigue es agrandar los caracteres y demás contenidos de la pantalla desde el doble hasta niveles a veces muy altos (más de cincuenta aumentos, donde una sola letra de tamaño reducido apenas cabe entera en pantalla).

Los primeros equipos de ampliación que aparecieron, como el VISTA de la empresa norteamericana Telesensory Systems, se componían de una tarjeta de interfaz que se insertaba dentro del ordenador, a la cual se conectaba internamente la tarjeta de vídeo y externamente el monitor, y que hacía de puente lupa entre una y otro, utilizándose un ratón convencional para intercomunicar con el usuario, quien, una vez cargado en memoria el controlador correspondiente, podía emplearlo para mover y agrandar la región ampliada a su conveniencia. Como veremos más tarde, las cosas se han simplificado enormemente desde entonces hasta nuestros días, donde el uso de equipos sólidos ha sido suplantado al cien por cien por el de programas informáticos apreciablemente más poderosos.

Ilustración 3: ejemplo de pantalla gráfica ampliada.

Existen otros métodos de ampliación de imagen menos sofisticados pero que pueden resolver también el problema, como por ejemplo filtros que se colocan sobre la pantalla y llegan a duplicar el tamaño de su contenido o incluso, los un poco más complejos, integran un sistema de lupa física que el usuario va desplazando manualmente a medida que va leyendo la salida visualizada. Los monitores de dimensiones superiores a las habituales, en principio no diseñados exprofeso para personas con poca visión, pueden resultar también de mucha utilidad para algunas de ellas; en este terreno se está ya estudiando la posibilidad de utilizar televisores convencionales para obtener unas imágenes muy ampliadas a un precio muy reducido, pues no hay que olvidar que el coste de los monitores citados puede ser muy elevado. Por último, cabe citar más por curiosidad que como dato a tener en cuenta, algunos sistemas muy antiguos que consistían en una lupa electrónica que se colocaba sobre la pantalla del ordenador y que enviaba sus imágenes ampliadas a un visor especial o incluso a una tabla táctil donde quedaban reflejadas en relieve (esto último en el tiempo de los monitores monocromáticos era bastante fácil de obtener).

  • Sistema Braille

Es este uno de los sistemas más fáciles de acceder a la información visualizada en pantalla, tanto para personas ciegas como con baja visión; su objetivo es sencillamente el envío de información de la computadora al usuario mediante mensajes hablados que, como veremos, suelen ser emitidos con voces total o parcialmente sintéticas aunque en algunas ocasiones se puedan emplear voces naturales grabadas.

Antaño el conseguir que un ordenador pudiera “hablar” no era fácil, siendo preciso para ello instalar en sus entrañas complejas placas de interfaz, que se conectaban a altavoces externos diseñados para tal fin y que emitían voces metálicas de difícil interpretación (tal era el caso del equipo VertPlus de la empresa Telesensory Systems). Hoy día, y sobre todo desde la aparición de las primeras tarjetas de sonido mínimamente aceptables, manipular la voz humana, crear voces artificiales y hasta simular que el ordenador “cante” (mediante la manipulación de los tonos, volúmenes y velocidades de emisión de esas voces), está al alcance del menos exigente de los usuarios.

Esta última circunstancia ha ocasionado que el campo más evolucionado en la síntesis de voz para el uso de personas no videntes sea el de los sintetizadores por programación a partir de las posibilidades que ofrecen las tarjetas de sonido; de ellos existen numerosas variantes creadas en otros tantos idiomas, algunas de ellas muy potentes y con capacidades a veces curiosas en la interpretación de las lenguas (caso del aplicativo ELOQUENCE, fabricado por ELOQUENCE TECHNOLOGIES INTERNATIONAL y distribuido por la casa IBM como parte del paquete ViaVoice, que es muy apreciado entre los usuarios de este género de adaptación); digno es también de ser mencionado el recientemente aparecido ORPHEUS de la compañía inglesa Dolphin Computer Access, programa de síntesis de voz con cerca de cuarenta variantes de idioma creadas y con notables ventajas frente a los ya implantados. También, y aunque en origen no fueron desarrollados para tal propósito, se ha conseguido emplear los sintetizadores de voz incluidos en programas de texto hablado como adaptaciones para ciegos (tal es el caso del que acompaña al popular TextAssist, fabricado por DEC y distribuido por la empresa CREATIVE LABS incluso de forma gratuita con algunas series de su tarjeta SoundBlaster, y que puede hablar más o menos aceptablemente en cuatro idiomas); este aprovechamiento, además del ahorro en costes que puede suponer, aumenta la compatibilidad de los programas de accesibilidad que emplean síntesis de voz.

Ilustración 4: sintetizador CIBER232P de Tecnicaid.

Aparte de la síntesis de voz descrita, todavía se siguen distribuyendo equipos externos destinados a idéntico fin; generalmente se trata de aparatos no mayores que un transistor de viaje, completamente portátiles (algunos, como el CIBER232P, diseñado en su día por CIBERVEU SA, fabricado por Tecnicaid y distribuido por ONCE España, incluso provistos de una batería recargable para, entre otros motivos, poder ser conectados a ordenadores también portátiles) y que se suelen enchufar a los puertos serie de cualquier máquina compatible. También en este apartado un producto de la casa Dolphin Computer Access, el Apollo2, debe ser nombrado como un equipo de gran prestigio tanto por las múltiples variantes idiomáticas con que puede adquirirse, como por su potencia y la calidad de su voz que no deja de ser totalmente sintética. La gran ventaja de estos aparatos es su facilidad de traslado y que funcionan bajo cualquier sistema operativo (no hay que olvidar que la mayoría de programas diseñados para las tarjetas de sonido sólo corren bajo Windows) siempre que se disponga de un programa de interfaz que se pueda ejecutar encima; el insalvable inconveniente, desde luego, es su precio, normalmente por encima de las cincuenta mil pesetas, que lo motiva el hecho de ser material basado en piezas de fabricación exclusiva y en pequeñas series.

Una breve reseña final merece la utilización de voces humanas grabadas como sistema de comunicación con el usuario no vidente; todos hemos utilizado alguna vez programas, sobre todo de carácter educativo o formativo, una buena parte de cuya salida consiste en mensajes hablados o sonoros en general, y que si se han diseñado hasta los últimos detalles pueden ser igualmente empleados por personas con vista como por quienes no la gozan; pero es principalmente en las aplicaciones de instalación de programas de adaptación especializados donde el uso de voces humanas grabadas es imprescindible para que el usuario ciego pueda seguir dichos procesos pues, al no existir todavía en el sistema controladores para los dispositivos de síntesis de voz, sólo queda esta forma de interaccionar con el operador (naturalmente, esto sólo es válido en entornos que soporten salida por tarjeta de sonido). Valga decir también que los modernos sintetizadores de voz por programación se basan en voces humanas auténticas, con la combinación de cuyos fonemas grabados forman electrónicamente las letras, las sílabas y las palabras; aún así la salida, mucho más agradable al oído, no deja de ser sintética pues carece de los matices de la voz humana real (de aquí la diferenciación hecha anteriormente entre voces total y parcialmente artificiales).

· Los navegadores de internet

Mucho es lo que resuelven, si son de cierta calidad y se usan al cien por cien, los ampliadores de imágenes y lectores de pantalla en la lectura de páginas Web, pero en ciertos casos es necesaria la presencia de un programa suplementario para poder acceder plenamente a los contenidos de estos documentos.

Los navegadores de Internet especializados, que suelen combinar voz y ampliación de imagen, facilitan en gran medida la lectura correcta de los textos, la búsqueda rápida de enlaces (links) y otros elementos dentro de una misma página, el envío y la recepción de correo electrónico, y la lectura de las descripciones de los gráficos siempre que el diseñador de la página las haya introducido. Por lo demás, estos navegadores, como el WebSpeak de la sociedad norteamericana Productivity Works, funcionan de igual forma que cualquier otro (Internet Explorer, NetScape...), excepto que en su manejo se tiende a dar mucha más importancia al uso del teclado frente al ratón, que queda relegado como dispositivo auxiliar o incluso es desactivado para evitar conflictos propios del entorno gráfico.
Las páginas Web, contrariamente a los programas de aplicación comunes, disponen de unas pautas de elaboración bastante limitadas, hecho que evita en gran medida la aparición de diseños exclusivos imposibles de interpretar por los soportes de adaptación; a pesar de esto, las páginas escritas en lenguaje HTML (HyperText Markup Language) no son del todo accesibles, fenómeno que ha conducido a las organizaciones que integran el WWW Consortium, autoridad capital en la promulgación de reglamentos para la circulación de datos en Internet, a elaborar la normativa WAI (Web Accessibility Iniciative), donde quedan claramente definidos los criterios que una página HTML debe seguir en su gestación para poder ser utilizada más tarde por cualquier usuario; estos protocolos han sido traducidos al español por el grupo de trabajo Acceso de la Universidad de Valencia, y también se han construido pequeños programas aplicativos de distribución gratuita (como el Bobby de la sociedad CAST) capaces de determinar si una página cumple o no los requisitos exigidos para ser accesible; por desgracia, las condiciones cuya reseña antecede son de aplicación voluntaria y, ¡qué se le va a hacer!, tienden a pasarse por alto mucho más de lo que sería disculpable.
Este desajuste puede verse corregido y aumentado en el mal sentido con el establecimiento del lenguaje XML (eXtensible Markup Language) como código de escritura de páginas Web a nivel universal; con este cambio que ya soporta la versión 5.0 de Microsoft Internet Explorer, el lenguaje habrá evolucionado hasta el punto de soportar diferentes sublenguajes o DTD's (Document Type Definition), uno de los cuales será el HTML mejorado; la inclusión de nuevas fórmulas de edición de páginas habrá forzosamente de ocasionar muchos problemas de accesibilidad que se sumarán a los ya existentes.
Pero como no hay rosa sin espinas ni amor sin recelos, tampoco hay guerra sin armisticio ni temporal sin calma, lo cual, aplicado al tema que nos atañe, se traduce en el surgimiento de perceptibles mejoras derivadas del paso al XML como código unificado; además de incrementar las capacidades de manipulación de la información escrita, este código permite configurar a cada usuario el perfil de las páginas que recibirá (colores, tipo y tamaño de fuente, presencia o no de gráficos...) y, lo que será de muy gran importancia al colectivo de los ciegos, soporta entre sus DTD's el lenguaje multimedia SMIL (Standard Multimedia Interface Language), con el que podrán crearse libros hablados digitales, aspecto que estimo más conveniente explicar en una sección independiente dada, insisto, su mucha trascendencia.

Fuente:

www.monografias.com

Documento:

“ La tecnología de la información y comunicación (TIC) y la discapacidad”

Autores:

Andagua Meylin, Alcantara Esteban, Barrera Claudia

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