El mago que es hoy, polvo de estrellas

No puedo recordarlo sin su sonrisa; siempre estaba con esa actitud desenfadada, de niño planeando su próxima travesura.
La proximidad, el afecto, la alegría que brindaba a todos quienes tuvimos la suerte de conocerlo y compartir momentos con él, nos hace ahora tener el corazón arrugado, como apretado por la sensación de saber que ya no lo veremos…..en esta forma, porque como nos dijo a sus amigos: “…nada se pierde, todo se transforma; voy a volver a ser polvo de estrellas”
Todavía puedo sentir su abrazo, sus palabras de estímulo reconfortándonos ( él a nosotros) porque sabía de su pronta partida.
Tengo que reconocer que quise pensar, que no pasaría, que le tocaría un milagro, que todo era un error, cualquier cosa menos  no encontrarlo cada septiembre, con  sus ganas de compartir, con su  entusiasmo.
Tenía clarísimo que  quienes queremos somos posesivos y nos dijo el amor tiene que dar libertad, no tomar al que amamos como nuestro, solo disfrutar cuando estamos juntos.
Nos duele su partida, sabemos que vivió la vida, poniéndole ganas, alegría, tesón, siendo tan generoso que siempre nos brindó oportunidades de conectarnos con otros, de mostrarnos como somos, de hacer lazos fuertes.
Este entrañable amigo que nos abrió su corazón y entró en el nuestro para quedarse allí siempre, es hoy libre de la atadura de un cuerpo y ligero de equipaje, como polvo de estrellas, así seguirá acompañándonos.
Para quienes no lo conocieron: realizaba cada año, el congreso de Arte y Rehabilitación, en el Instituto Anselmo Marini de Vicente López en la Provincia de Buenos Aires.
En este Instituto realizó una labor formidable; me quedaron grabadas unas palabras que dijo el director del Instituto durante la inauguración del Congreso, el primer año que fuimos; contando acerca de ese loco, que le dijo que con un espacio cualquiera y unos lápices de colores y papel, él podía ayudar a la gente a rehabilitarse. Y luego de darle sin mucha credibilidad la oportunidad, comenzó a ver que la gente podía bajar la dosis de medicamentos, que el que había querido matarse venía con ánimo y hasta alegría. El Dr. Matasa se dio cuenta entonces que no sólo con medicina se puede mejorar. El arte era la excusa de Daniel, y me atrevo a decirlo porque lo que vi en todos los años era el cariño, el don de gente, la alegría con la que trataba a todos, ésa era su magia.
En el dia de ayer, 10 de marzo partió de este mundo, Daniel Gerbiño, un grande, un hombre que trabajó con las personas con discapacidad y sus familias con el convencimiento de que un mundo sin discriminación es posible con alegría y esfuerzo.




Querido amigo, estaremos en septiembre, como cada año,... y cada día compartiendo camino.
Desde la Red Especial Uruguaya y el Taller Cultural SinSoCiego,nuestro homenaje y desde nuestro rol de amigos del alma, ...te extrañamos.
Humberto y Soledad

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